CLÁSICOS PERDIDOS DEL TAI‑CHI, DE FINALES DE LA DINASTÍA QING.
Cielo y tierra son Chien y Kun; Fu Hsi es el padre de la humanidad.
El dibujo de los trigramas y el nombre del Tao proceden de Yao, Shun y las dieciséis madres.
Las grandes verdades fueron expresadas por Confucio y Mencio.
Las prácticas espirituales para desarrollar el cuerpo y la mente fueron ilustradas por los setenta y dos discípulos, los emperadores Wen y Wu.
Esto me fue transmitido a través de Hsü Hsüan‑Ping.
El elixir de la larga vida está dentro del cuerpo para que podamos restablecer nuestra pureza original.
El desarrollo espiritual produce una gran virtud; Regúlalo bien y el chi y el cuerpo alcanzarán la plenitud.
Durante diez mil años, se cantaron las alabanzas de la eterna primavera; En verdad la mente es lo auténtico.
Las Tres Enseñanzas no son escuelas separadas, Pero todas hablan de la única Gran Verdad, cuya grandeza llena el universo, Y es una ley fija para toda la eternidad.
Las enseñanzas de los sabios de la antigüedad son una herencia perdurable que abre el camino a los buscadores de la verdad a lo largo del tiempo.
Agua y fuego forman el exagrama Chin‑chi (Después de la Realización), que representa la culminación de la búsqueda de nuestra vida.